Fantatico restaurante de comida tradicional catalana, situado al lado de la iglesia, lugar acojedor con un comedor con unas vistas incribles.
Un lugar agradable en un pueblo pintoresco. Comida especialidad brasa , caracoles y postres con avellanas de cultivo propio como el flan muy bueno. Los calamares a la romana mejor no pedir pq no son caseros.
Ha sido brutal, hemos disfrutado con cada plató desde el principio al final.
Hace algo de tiempo que fui y, tanto la atención, como la comida fueron estupendos. Espero no volver a tardar mucho en volver. Mejor ir con reserva
Hoy fuimos a comer a este restaurante ubicado a los pies del Castillo de Brunyola. Siendo lunes y por motivos de trabajo no pudimos reservar. Aún así nos buscaron un hueco y nos atendieron. A los pocos minutos se desató un incendio en el transformador eléctrico pero pese a ello y tras sofocarlo, el servicio siguió incluso sin suministro eléctrico: “nadie se quedará sin comer afirmaron cocineros y trabajadores”. Comimos muy bien, un conejo a la brasa perfecto, lomo, butifarra, pollo. Todo muy rico, incluyendo un flan de avellanas de 10. Para nuestra sorpresa, al ir a pagar nos dijeron que nos invitaban a la comida por las molestias sufridas. Estos detalles son los que marcan la diferencia. Un lugar donde volveremos siempre que podamos. Gracias!
La comida súper bien!! Cocina tradicional, casera, catalana, con buena cantidad. La pluma y el magret buenísimos…ahora hay una camarera, joven con el pelo rizado…nos tomo nota…una mala educada, nos gritaba y nos habló fatal, hasta que le puse las pilas.. y le dije educadamente, q nos hablara bien, que nosotros no tenemos culpa de nada, nos acabamos de sentar. Entiendo q tengan faena y momentos de estrés, pero q me hagan sentir incomodo en una mesa de un restaurante…no! La jefa un cielo de persona!! Volvere por la comida esto está claro!
Uno de los mejores solomillos que he comido en bastante tiempo y con una relación calidad precio insuperable. Sólo hay que mirar el entrecot y el solomillo. Menos de 20 euros! Ésto en Cataluña es una rareza. Entrantes abundantes y producto local
Es necesario reservar.
Restaurante típico de cocina catalana ubicado en la plaza de un pueblo pequeño pero con encanto.
Llamamos para reservar, hacen 2 turnos de comida a la 1.30 y a las 3.
La atención fué buena, la comida estaba también buena y a un precio razonable.
Pedimos para picar con el vermuth, muy bueno por cierto, los mejillones, que a la parrilla quedan muy buenos, el carpaccio también muy bueno y algo más que no recuerdo.
De seguro entrecotte (la carne bastante buena Y las patatas casera Y el pato con ciruelas, que estaba bien.
De postre la Mel i Mató y no recuerdo que más.
Cafés buenos.
Atención del personal, correcta y terraza al sol que con buena temperatura se está de lujo.
Se puede ir con perro a las terraza.
Guadalupe Quiroga Ilafaya
+5
Cocina típica de platos locales. Gran variedad. Precios adecuados a la calidad de producto. Trato al cliente adecuado. Para ir el grupo y en pareja. Respetan las distancias de seguridad y la normativa Covid-19. Lo recomiendo como 1ra opción si estás por la zona. Mejor reservar en fin de semana.
Cocina tradicional en un ambiente familiar. Los platos puramente caseros y la atención por parte de Julia, la encargada, fue de 10. Pedimos recomendaciones y nos aconsejaron los caracoles al horno con alioli, torradas con escalivada y calamares rellenos.
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