Buscaba un café el domingo saliendo del Guggenheim: los pocos bares abiertos, estaban llenos.
Encontré éste de casualidad.
Me llamaron la atención los cascos de personas trabajadoras rodeando el techo, las fotos blanco y negro portuaria…
Amaia, quien estaba detrás de la barra, me explicó que éste era un bar de familia, que antiguamente venían los pescadores, y descubrí a quiénes pertenecían los cascos!
Las personas que trabajaban en la construcción del Guggenheim venían a desayunar ahí. Quedaron con tan buen rollo que al terminar, les dejaron los cascos. Aún siguen visitando el bar, señalando cuál fue su casco.
Preservar estas historias de vida pasada, cuando aún Bilbao no era lo que es hoy…me encanta descubrirlo.
Yo sólo buscaba un café y me llevé un tesoro de historia
Diana Fernández Barbero
+5
Un lugar maravilloso, al lado del museo y en una calle tranquila. Viniendo de lejos, lo que más quieres es que te traten como en casa, y aquí lo han hecho. Los platos riquísimos y el ambiente es de lo mas agradable. Nos quedamos con el nombre para volver. Repetiremos seguro!
Un lugar estupendo! Comida genial y el personal es de 10! Hemos podido hablar con ellos un buen rato y nos han recomendado lugares para visitar. Nos llevamos un buen recuerdo 🤩
Juan Antonio Talón Sánchez
+5
Vinimos a probar los famosos pintxos "vascos" y nos encantaron. Pedimos, además, tomate de su huerta y unos platos combinados y todo muy bueno. Y destacar la atención del dueño, encantador y súper servicial. Si volvemos por estas tierras repetiremos seguro!
Lugar con historia, dentro tienen los cascos de los obreros y arquitectos que construyeron el Guggenheim! Almorzaban ahí todos los días y les dejaron sus cascos con dedicatoria de recuerdo. Nos tomamos una caña y un zumo de naranja natural con 2 pinchos y muy bien, 10€.
Espectaculares pintxos en un bar muy bien ambientado (y con magnífica música) en el que, como siempre en esta tierra, me han tratado de maravilla.
100% recomendable.
Con la cocina abierta todo el día me han salvado con un plato combinado y el broche del patxaran casero
Ignacio Rivero Sánchez-Castilla
+5
Desayunamos muy bien, buen café y buenos pintxos...y las rosquillas de hojaldre increíbles! Un descubrimiento en esta zona.
Muy recomendado sin duda. Nos tomamos unas cervezas y varios pinchos para cenar y tiene mucha variedad y buena relación calidad/precio
Un buen lugar donde tomar un pincho y unas cañas. El camarero es un crack. Buena gente y muy currante. Los pinchos que comimos estaban buenos.
Tomamos café. Y los acompañamos de una torrija. El sitio es tranquilo y el servicio es bueno. Camareros muy amables.
Esta cerca del Museo Guggenheim y tiene terraza donde también atienden.
Excelentes pintxos típicos de la región, a una calle del Museo guggenheim, acogedor lugar. Vale la pena visitar
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