Impresionante!! Desde el primer plató (olla ) hasta las natillas del proste , hemos venido 5 personas y de verdad que hacía mucho tiempo que no comíamos tan bien.
La calidad de la comida totalmente casera espectacular y la cantidad enorme, sin duda 5 estrellas.
Si quieres tomarte el mejor cremaet de la comunidad valenciana, ven al tren pita. Situado en un maravilloso entorno y con el agua más fría en la que nos hemos bañado nunca. Incluido el norte 🙂
Mariló MBV “MAMA, VIAJERA Y BLOGUERA”
+4
Es un bar de pueblo. Hay días concretos de fin de semana sobre todo y en verano, que no dan a basto y está lleno, pero se descuida la atención al cliente, no salen a servirte o tomarte nota, sino entras tú a la barra...no te haces visible.
De precio normal.
La cocina no siempre la tienen abierta para pedir unas tapas.
Aveces unos familiares les ayudan y para cobrar te tiras un buen rato porque no saben precios y van y vienen a preguntar ...
Increíble de bueno, la olla espectacular, ni mi abuela la hace tan buena.
Volveré sin duda
Sitio espectacular una comida alucinante todo buenísimo y un gran servicio gracias
Yolanda Alemany Barres
+5
Estuve ayer comiendo allí y aunque ha cambiado de dueños de cuando iba hace años, la comida sigue siendo excelente. La olla, plato típico de la zona, buenísima y la cuajada con miel, buenísima también. Todo en general estaba bueno, hasta las aceitunas que me sacaron para acompañar a la cerveza antes de comer. Y muy bien de precio.
Bar , restaurante del pueblo, decoración algo antigua, pero muy recomendable, todo muy bueno , y calidad y precio esta bien, precio medio de unos 20-25 € por persona fin de semana.
Ha perdido mucho. No es lo que era antes. Ya no funciona la pensión ni el restaurante
El almuerzo muy bueno, el pan buenísimo y el cremaet expectatular.
El dueño y la camarera jovencita muy agradables y los bocadillos los hacen super rápido.
Uno de los mejores corderos al horno que he comido nunca: muy jugoso y tierno. Bien especiado y de excepcional sabor. Ensalada para acompañar el plato principal, no quisimos marchar sin probar sus chuletillas de cordero, deliciosas. Rematamos con postres caseros (cuajada, flan y natillas) y cremaet bien hecho.
Amplio salón con vistas a la montaña y atención excepcional de Herminia. Muy buena relación calidad/precio. Repetiré.
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