Restaurante me recomendó una amiga foodie. Es bastante íntimo y acogedor. Tiene una carta corta con entrantes, principales (buenas carnes) y postres.
Probamos el tataki de atún, ensalada de gambas, Magret de pato, solomillo, coulant de chocolate y crumble de almendras.
Pagamos unos 58€/pers con bastante vino.
Un 10! Trato excelente, platos muy elaborados, es un sitio muy tranquilo, aparte de disfrutar de la comida, vas a descansar y seguro que volverás. Para gente exigente
Increíble experiencia; los platos que probamos estaban exquisitos.
El restaurante está fabulosamente cuidado, la atmósfera es muy tranquila y el personal es tremendamente amable.
Volveremos.
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