Muy recomendable!! Sabores diferentes y muy buenos. El guacamole, la torta de atún y el flan de maíz especialmente recomendables. Me gustó la ambientación, muy relajada y colorida. De precio sale 2 personas unos 75€.
Una gran experiencia. Ambiente agradable, buen servicio y sobre todo una comida impresionante. He probado cosas que ni siquiera sabía que existían. Y qué decir de su carta de tequilas... Eso es beber un buen trago. Muy recomendable.
Una experiencia única de comida en Barcelona cada vez que voy a este magnífico restaurante ya sea a comer, tomar algo o solo picar es increíble, me encantan sus platos. El ambiente y el local son inmejorables, el trato al cliente es excelente, muy amables y cercanos. La comida es de muy alto nivel al igual que sus presentaciones. El personal te explica y te ayudará mucho a la hora de pedir, en caso de no conocer bien los platos y siempre te aconsejan bien. Es imprescindible ir.
Todos los restaurantes de #elbarri tienen denominadores comunes: son divertidos, se salen de la norma, hacen sencillas cosas complicadisimas y todo suele ser tremendamente sabroso. Hay que agradecer que haya restauradores como ellos en Barcelona que sean capaces de traer cocinas internacionales y plasmarlas de la forma que ellos lo hacen. Soy habitual tanto de locales sencillos tex-mex como de otros mas sofisticados tipo Oaxaca o Punto MX y me parece que Niño Viejo se situa entre medio, buscando plasmar la cocina popular mexicana con la finura de la alta cocina en cuanto a presentacion, servicio, etc. Los cocktails tambien estan buenisimos, a destacar la Margarita Frozen. Lo mejor, ponerse en sus manos en la elaboracion del menu y a disfrutar
Intersante propuesta de Adrià en su versión mexicana.
Ofrecen una escueta carta con lo mas representativo de las restaurantes Fast food, varias propuestas del día y un menú degustación que es a gusto del chef sin dar mas detalles ni de platos que tomas ni de precio cerrado.
Todo estaba excelente y sin parones en el servicio. El servicio y atención muy correcta.
Me pareció de mal gusto a las 15:30 en punto y casi acabando de comer, nos dijeran que la cocina iba a cerrar y que si nos apetecía algo más lo pidiéramos en ese momento dando la sensación que nos estaban dando prisas.
Local realmente pequeñito ambientado en una taquería típica mejicana.
Totalmente imprescindible reservar con antelación.
Dentro de todo lo que probamos, destacaría el guacamole (aguacate aliñado a la forma tradicional), el cebiche de pulpo y corvina (espectacular, super equilibrado), los tacos de costillas y los tacos de cochinita pibil. (dos apuestas seguras)
En cuanto a los postres, pedimos el machete de chocolate, que básicamente es una crema de chocolate (nos pareció muy normal, lineal, aburrido) y la ensalada de higos con helado de hoja de higuera (postre original, con buenos sabores y buenas combinaciones)
El precio es verdad que es un poco elevado teniendo en cuenta el producto con el que trabajan pero al final hay que tener en cuenta toda la experiencia y lo que hay detrás.
Comensales en su mayoría turistas. Normal en el barrio. Precio, más elevado que otros mexicanos, pero claro estás en un restaurante de los hermanos Adrià. Comida: eso si, muy buena. Servicio excelente. Si te tomas un mezcal, la cuenta va subiendo.Pero vaya, lo pruebas un día, disfrutas y listo.
Excelente comida!!
Fui con mi pareja para cenar para celebrar mi cumpleaños, como era la primera vez que íbamos, nos ofrecieron una selección de platos variados de degustación. La comida, basada en la cocina mexicana, está cuidada al detalle y muy bien cocinada, casi con mimo. Todos los platos nos encantaron, aunque si tuviésemos que destacar alguno diríamos que el del erizo de mar, el cuál nos sorprendió, puesto que no lo habíamos probado nunca con aderezo. Estaba realmente rico.
También disfruté personalmente de las distintas salsas picantes de diferente grado, para los amantes del género es genial!
Al final, luego del postre pedimos unos chupitos de mezcal, un tipo de destilado originario con un toque a ahumado (me recordó al whisky Lagavulin). Aunque algo caros, valió la pena porque jamás habíamos probado este brebaje.
Pagamos al final, 180€ entre los dos, por el menú degustación, la bebida de sobremesa, los cocktails y los chupitos de mezcal; no obstante, no nos arrepentimos ni una pizca.
La ambientación del local y la cocina excelente. El personal amable y el servicio profesional. Esperaba platos más sorprendentes, pero aún así, genial!
Excelente! Todos los platos una pasada. El ambiente ideal y la atención es de 10.
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