Cenamos muy bien. Comida muy buena, raciones de tamaño decente, y nos encantó el local.
Además, la chica que nos atendió nos trató superbien y nos ayudó a elegir los platos.
Sin duda volveremos.
PS: solo como nota para que el local lo tenga en cuenta, hay referencias en la carta de vino que son diferentes a las botellas.
Ambiente tranquilo,comida buena,a destacar la carne,chateaubriand...buenísimo el resto de los platos también muy buenos y muy bien presentados,servicio digno de este lugar ,personal preparado ,profesionalidad,muchas gracias
Resturant liegt im Hintezimmer (wahrscheinlich ehemalige Dunkelkammer) der Dry Martini Bar, eine bekannte Bar zum "Kennenlernen" in Barcelona.
Die Tatsache, dass man rausgeführt wird, um dann via eine unscheinbare Eigentüre aus der Strasse mittels Password wieder rein muss, ist ziemlich kindisch. Soll wohl eine Art von Exklusivität sein, als wenn man in ein versteckten Platz eingelassen würde. Dafür wird man an Bierkisten, an der Küche und weiteren Lager ähnlichen Plätzen vorbeigefuhrt.
In der Tat beschreibt sich das Restaurant als "geheimes" Restaurant. Na ja... ist halt ein Konzept, um sich irgendwie zu unterscheiden. Etwas kindisch und billig, aber na ja.
Einmal drinnen, sind die Kellner sehr zuvorkommend. Ambiente gediegen und ein Hauch von Eleganz. Ziemlich dunkel - ist ja ein geheimer Ort. Das Essen ist ganz gut, wenngleich mit ein paar Stilfehlern. Wir hatten Thunfisch Tataki (der sehr lecker war), aber leider war die Beilage oder Dekoration nur ein paar alte Rucola Blätter mit 2 Cherry Tomaten drauf. Meine Rühreier mit Entenleber waren auf ein Pommes Frites Bett. Und auch zum Steak Tartare (lecker) gab es auch Pommes Frites als Beilage. Der Reis mit Meeresfrüchten war auch an sich gut, aber leider lieblos auf den Teller geklatscht.
Preislich mit 50% Rabatt via The Fork war angemessen.
Brot wird mit 4,5 Euro pro Person extra berechnet, und einfach auf den Tisch gestellt, auch wenn man nixht danach gefragt hat. Ist halt auch ein Stilfehler.
Fazit: ganz nett, aber im Detail noch zu verbessern, vor allem für den eleganten Anspruch den dieses Restaurant hat
(Traducido por Google)
El restaurante está situado en la trastienda (probablemente un antiguo cuarto oscuro) del Dry Martini Bar, un conocido bar para "conocer" en Barcelona.
El hecho de que te saquen y luego tengas que volver a entrar a través de una discreta puerta privada desde la calle usando una contraseña es bastante infantil. Se supone que es una especie de exclusividad, como que te dejen entrar en un lugar escondido. Pasarás por cajas de cerveza, la cocina y otros lugares parecidos a almacenes.
De hecho, el restaurante se describe a sí mismo como un restaurante "secreto". Bueno... es sólo un concepto para diferenciarte de alguna manera. Un poco infantil y barato, pero bueno.
Una vez dentro, los camareros son muy serviciales. Ambiente digno y un toque de elegancia. Bastante oscuro, es un lugar secreto. La comida es bastante buena, aunque con algunos fallos estilísticos. Comimos tataki de atún (que estaba muy rico), pero desafortunadamente la guarnición o decoración eran solo unas hojas viejas de rúcula con 2 tomates cherry encima. Mis huevos revueltos con hígado de pato estaban sobre una cama de patatas fritas. Y el Steak Tartar (delicioso) también llevaba patatas fritas como guarnición. El arroz con marisco también estaba bueno en sí mismo, pero desafortunadamente lo arrojaron al plato sin cuidado.
El precio era razonable con un 50% de descuento a través de The Fork.
El pan tiene un coste adicional de 4,5 euros por persona y se coloca simplemente en la mesa, aunque no lo hayas pedido. También es un error de estilo.
Conclusión: bastante bonito, pero aún hay que mejorar los detalles, especialmente para los estándares elegantes que tiene este restaurante.
Un restaurante "clandestino" en medio de Barcelona, en la parte trasera del clásico Dry Martini se esconde este restaurante que sin duda es una super recomendación visitarlo. 🔝
El nivel general de la comida es muy alto, lo que destaca pensando en que su especialización son los cocteles.
A nivel de recomendaciones: las ortiguillas tienen un sabor increíble 🤤 y es muy muy difícil de encontrarlas en Barcelona (yo era la primera vez que las probaba y me encantaron), los tacos de atún con maionesa de wasabi eran simplemente de otro planeta 🤯, los otros platos muy correctos pero nada muy destacable.
El restaurante tiene un toque clandestino mágico, ir a cenar y acabar en el Dry Martini es un planazo para cualquier cita.
Eso sí, recomendable reservar por El Tenedor, te ofrecen un 50% de descuento (lo que hace que sea un MUST ir), sin ese descuento, honestamente es bastante caro y puedes encontrar ofertas mejores en Barcelona.
La velada en este lugar comienza de una forma sorprendente que no voy a adelantar. Sigue con muchas explicaciones y una cálida bienvenida. Seguido de aperitivos, una excelente comida. Aprovechamos para probar unos cócteles de Dry Martini, muy ricos también. La comida riquísima, pero el servicio impresionante. Jordi nos acompañó durante toda la velada con un servicio impecable. El postre también riquísimo. 100% recomendable.
Tercera vez que vengo y para mi de los mejores restaurantes de Barcelona.
Servicio muy atento y con buenas recomendaciones. Ambiente ideal, una vez tuvimos una mesa al lado haciendo cena de empresa qué hicieron mucho ruido pero nada más.
Y la comida espectacular, recomiendo los tacos de atún y el vitello tonnato como entrantes. El arroz con pato es obligatorio y el ravioli de pato y pera también es top.
Calidad precio con el descuento del tenedor muy buena (45-50pax)
Después de cenar te puedes tomar un coctel en la coctelería adjunta.
Situado en la trastienda de una coctelería lo cual lo hace misterioso hasta que llegas al salón ppal.
Elegante y original. Comida exquisita y servicio inmejorable. Los camareros muy atentos y amables.
El Speakeasy es un restaurante "clandestino" situado en lo que fue un almacén interior de la cocteleria "Dry Martini" de Javier de las Muelas. A pesar de que como dirección figura la de la cocteleria, se accede por una puerta de servicio, sin ninguna indicación, en la calle Provença y solo después de responder con la contraseña correcta a una pregunta que hacen, con la puerta aún cerrada, y que no desvelaremos aquí...
Lo recomendable es comenzar la visita con un cóctel en el Dry Martini, una de las mejores y más elegantes coctelerías de Barcelona. Decorada al estilo de los clubs británicos, maderas oscuras, sillones de cuero y con una carta impresionante de cócteles clásicos y versiones propias. Con un servicio impecable, amable y profesional. Precios caros pero lo bueno en esta vida siempre ha sido caro...
Una vez que pasamos al restaurante guiados por una persona del servicio a través de un pasillo estrecho y repleto de cajas y de bordear la cocina, llegamos a la sala, no muy grande, con una iluminación tenue y paredes repletas de botellas en estanterías industriales. Pocas mesas, con una separación adecuada y un ambiente en definitiva elegante.
La carta, no muy larga, ecléctica y que no podría definirse en ningún estilo concreto aunque puestos a clasificarla estaría más cerca de una influencia italiana que de otra cosa. Precios en general caros, sin paliativos. Algunos los calificaría incluso de disparatados... Es cierto que con frecuencia se puede hacer la reserva en la APP de el Tenedor con un descuento del 50% en toda la comida (no menús ni bebidas) Ese fue nuestro caso, y a pesar de que se nos aplicó correctamente un descuento del 50% en toda la comida la cuenta fue de 100€ para dos personas y sin postre...
En este sentido, del precio, merece mención aparte la carta de vinos... Larga, con etiquetas y añadas prestigiosas variada en DO tanto nacionales como internacionales pero en la que resulta complicado encontrar alguna botella que baje de 40€
En general todas las etiquetas que presentan son buenas o muy buenas pero hay que tenerlo en cuenta para que el precio final no se dispare.
La comida está realmente buena. Buena materia prima, bien tratada y muy bien presentada. Nosotros, como entrante, compartimos dos croquetas, la Innsbruck, de queso, y otra de ceps i foie, coca de vidre con tomate y aceite y un vitello tonnato magnífico. Como platos principales nos decidimos por un cochinillo de Segovia cocinado a baja temperatura con piña, meloso, con la piel crujiente, excelente. Y un steak tartar muy bien emulsionado y con el punto exacto de condimentación y picante (te permiten elegir en una escala de 1 al 10 qué picante te apetece) Tomamos una botella de Penedès tinto, una de las pocas opciones "económicas" de la carta de vinos (36€) que resultó magnífico para maridar nuestros platos. No tomamos postre porque estábamos bien para ese punto de la cena y con los cafés nos obsequiaron con unos Petit four deliciosos.
La cuenta fueron 100€ con el descuento del 50% de la reserva de El Tenedor aplicado.
En conjunto, una muy buena experiencia. Tanto la cocteleria como el restaurante resultan muy elegantes y la gracia del "clandestino" hace que para una ocasión especial sea una muy buena opción. También he de decir que en ese rango de precios hay opciones gastronómicamente más interesantes en Barcelona.
Lugar escondido detrás de un Dry Martini, pasas a una trastienda y allí está el restaurante. La comida muy bien elaborada y con matices de sabor buenísimos, el cochinillo espectacular y el arroz de langosta sublime. La crema catalana a "su manera" sin palabras, creo que es la que mejor he comido en mi vida. La tortilla de camarones y las croquetas increíbles. El servicio de 11,amable y simpático , explicandote los platos
Precios acordes con la calidad, muy recomendable
Fuimos a comer 3 personas hace unos días y nos encantó. La comida muy buena y el servicio de 10. Nos atendió un chico muy agradable y muy atento. No me acuerdo de su nombre pero por si lo ve su jefe era el día 23 de septiembre.
Probamos el arroz con pato, la costilla de ternera, tacos de atún deliciosos, lobster roll, ceviche y lubina. También destaco los postres que probamos tres y dos botellas de vino, que por cierto, tienen una selección fantástica.
Nos salió a unos 90€ por persona.
Ya tardáis en reservar.
Buen sitio, excelente la comida y el ambiente.
Ein fantastisches 'Back Room Restautant', man gelingt durch die Hintertür einer Bar in dieses tolle Ambiente. Die Einrichtung ist sehr gelubdgen und die hochwertige Qualität der Speisen, Cocktails und die riesen Auswahl an Weinen sind sensationell. Das Personal ist super freundlich und sehr bemüht. Preis/Leistung passen auf jeden Fall. Unbedingt einen Besuch wert!
(Traducido por Google)
Un fantástico 'Restaurante Back Room', puedes entrar a este gran ambiente a través de la puerta trasera de un bar. La decoración es muy lujosa y la alta calidad de la comida, los cócteles y la gran selección de vinos son sensacionales. El personal es super amable y muy trabajador. La relación precio/rendimiento definitivamente encaja. ¡Definitivamente vale la pena una visita!
Eugenia Crispin Vocal Coach
+5
Restaurante clásico en la trastienda del Dry Martini. Súper elegante, intimo, con un gran servicio, extensa carta de vinos y una buena cocina. Si vas con el descuento el tenedor es muy interesante (45€/pax). No es barato pero la relación precio-calidad es brutal. Volveremos!! Ideal para ir en pareja o para ocasiones especiales.
Cumplió mis expectativas gratamente, sorprendí a mis invitados y cenamos muy bien.
Un local muy bonito, un servicio excelente, muy simpáticos y atentos, producto de calidad y buena elaboración en cocina. Imprescindible probar el solomillo Chateaubriand.
Buena carta de vinos.
Excelentes cócteles, nos encantó el Dry Café con los postres.
Buen restaurante para sorprender.
Restaurante bueno y resultón!!!
Me encanta para llevar a visitantes o para una comida familiar (adultos). Tiene ese rollo de restaurante clandestino y las estanterías con botellas hacen que el ambiente sea genial. Las varias veces que he estado hemos comido muy bien y el servicio está muy cuidado. Recomiendo el steak tartar! Si no vas con alguna promo los precios son caros.
Fui a comer hace unos días. El sitio es bonito y te brinda la posibilidad de probar un buen dry Martini elaborado en una de las coktelerias míticas de Barcelona.
El tema de la contraseña me pareció una fantochada innecesaria pero supongo que hay gente que le hace gracia.
La comida está bien aunque el precio es realmente excesivo. Una copa de vino es raro que baje de 20 euros. Te cobran el pan que te ofrece ....4.5 euros por una rodaja de pan? En fin...
Deben cuidar más la elaboración, pedí unos huevos con foie y este estaba lleno de venas...no se había limpiado correctamente. Es la primera vez que me pasa y más pagando el precio que piden.
La atención dada es excelente, en nuestro caso por Maurizio.
Cuando fuimos solo había dos mesas ocupadas, puede ser un problema cuando está lleno por el tema de ruidos ya que el local es pequeño.
Yo no volvería, aunque la experiencia fue curiosa no creo que valga lo que piden.
Restaurante diferente con comida de buena calidad. El servicio impecable. Hay que tener en cuenta las recomendaciones de los platos fuera de carta. Muy recomendable. Mejor realizar reserva porque esta bastante concurrido.
Lo visité con amigos y fue muy divertida la bienvenida particular pasando por la cocina previa petición de palabra clave, le pone mucha gracia. El lucal es una sala diáfana a media luz, bien distribuido y con decoración acorde, muy cómodo. La comida estaba muy bien presentada, estaba buena pero nada nos pareció impresionante. Destaco en positivo el guacamole aunque los nachos eran de bolsa, los raviolis de setas y sèpia y el tartar de atún Balfegó. Nos sirvieron de cortesía un aperitivo de ensalada de lentejas muy bueno y unas catanias luego del postre que valían para estar en la carta de postres.
Es una experiencia recomendable, fuimos 4 personas con descuento del tenedor.
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