Muy recomendable. Servicio, comida y ambiente de estrella michelín, pero a precio asequible.
Comimos un salmorejo muy bueno, una ensalada de bonito escabechado por ellos, y una docena de croquetas de ibérico y marisco que estaban para caerse de espaldas. En un ambiente relajado y acogedor y por menos de 30 euros incluyendo bebidas y cafés.
Ambiente agradable y buena comida en el centro de Avilés. Los buñuelos de bacalao simplemente espectaculares. Después pedimos unos callos y unos fritos de pixin (fuera de carta). Todo bien preparado y bueno. Buen servicio, aunque había mucha gente.
Me ha encantado este restaurante.
La comida, la atención, la decoración... todo en general.
Un lugar acogedor y espacioso en el centro de Avilés, donde te hacen sentir bien desde que entras...
La comida, de 10.
Las croquetas, riquísimas , y la paletilla , memorable. Los callos son de esos que no se olvidan, todo acompañado por el vino que Martín nos recomendó, el perfecto acompañamiento para una comida que repetiremos sin dudar, porque nos hemos quedado con ganas de probar varias cosas.
Felicidades a Javier, su cocina promete ...
Si te gustan los sitios con estilo y que se salen de lo habitual sin dejar de ser auténticos, este es uno de los mejores que he encontrado últimamente.
El restaurante es precioso y el trato inmejorable. Cenamos maravillosamente en un ambiente tranquilo y relajado. Ya tengo ganas de volver.
Encontrado por casualidad buscando un sitio para cenar por el centro de Avilés y la experiencia no pudo ser mejor, empezando por el local, no muy grande pero sí muy agradable, bien decorado y elegante sin estridencias, con ambiente musical bonito pero que permite la conversación. La atención por parte del personal de sala absolutamente exquisita, muy amables y cercanos, explicando cada plato, aconsejando muy bien sobre cantidades y sin resultar pesados en ningún momento. La carta puede parecer muy corta pero tiene opciones suficientes y es así porque todo se hace en casa y en el momento. Decidimos elegir todo entrantes para compartir, lo que es una buena alternativa para cenar. Para empezar, un salmorejo (10€), muy fresco, con una base de verduras y manzana distinta a lo habitual. Para continuar, una ración de croquetas (10€) , la mitad de jamón y la otra mitad de setas y trufa, todas increíblemente finas y muy sabrosas. Más intensas las de setas y trufa, pero no tanto como para anular el sabor de todos los platos posteriores. Seguimos con una ensalada de codorniz escabechada (13,5€), que nos sorprendió al venir el ave prácticamente sin hueso, con un escabeche suave y templado que casaba muy bien con los vegetales y las uvas de acompañamiento, otro acierto. El último plato fueron unos buñuelos de bacalao (8€), con muy buena textura, muy suaves y para nada aceitosos, con la cremosidad justa. Nos quedamos con ganas de probar los postres pero estábamos ya llenos ya que las raciones son suficientes. Queda pendiente una visita para probarlos y degustar algún plato de carne o pescado además de la terrina de foie. Excelente relación calidad/precio. Muy recomendable.
Fuimos 2 personas el viernes a cenar, no teníamos reserva pero había mesa libres. Pedimos para compartir: Buñuelos de Bacalao, Croquetas de Setas y Trufa y de Centollo, además de Pitu Caleya, todo estaba muy bueno, destacar Pitu Caleya. De postre Tarta Tatín.
Personal muy amable y atento.
Restaurante céntrico de ambiente muy acogedor y excelente trato. El cocinero, Francisco Javier, a pesar de su juventud posee una dilatada experiencia en restaurantes con estrella Michelin, trayectoria que se ve plasmada en la presentación y calidad del producto. Croquetas de jamón, de marisco, el bacalao, la merluza, el buey y los callos, fueron los platos que probamos y hubo que esperar pues los platos se presentaron recién cocinados lo que redunda en su calidad. Tartas de queso y torrija, recién hechas, calientes y con helado casero excelente. Sin duda alguna un joven talento que marcará impronta en la cocina Avilesina.
Buen restaurante en pleno centro de Avilés. La carta no es muy larga, pero ofrece buenas opciones tanto de carne como de pescado y opciones fuera de carta. Las croquetas de setas y trufa y las de jamón, ambas espectaculares. Los buñuelos de bacalao fueron lo que menos me gustó, pero estaban aceptable. El bacalao resaltaba poco. El pitu de caleya muy sabroso y los callos perfectos. El postre, una tarta Tatin con helado de manzana verde muy recomendable. En general, una muy buena relación calidad-precio
El restaurante precioso, la atención no puede ser mejor y la comida buenisima. Muy recomendable
Muy buena experiencia tanto con la comida que estaba todo buenísimo como el trato de los camareros ,en especial Martín que nos trató con muchísima amabilidad.
An error has occurred! Please try again in a few minutes