Una experiencia agridulce que me ha hecho dudar entre evaluar con tres o cuatro estrellas, optando al final por las cuatro porque me he dejado llevar por los aspectos positivos.
Buenos productos y bien preparados.
Tapita de bienvenida con la primera consumición (es de agradecer).
Muy buena ubicación y ambiente.
Cuando hice la reserva no había mesas disponibles, pero me dijeron que si anulaban, me llamarían. Y así fue, al rato me llamaron y pude reservar. Nunca me había sucedido algo así y pienso que es una muy buena gestión a destacar.
Tienen habilitada una zona de la terraza para los clientes que simplemente quieren tomarse algunas consumiciones con sus tapas pero no hacer una comida formal.
Personal atento y eficaz pero ... y, por supuesto, no es achacable a ellos, muy escaso.
Creo que en un día en el que han completado aforo, como era el caso (Viernes Santo), faltaban dos o tres camareros. Así que los que había estaban a tope y sin poder atender bien a tanta gente. Menos mal que no se han desbordado y han sabido llevar la situación con total profesionalidad.
Remojón granadino de entrante. Excesivamente salado el bacalao pero plato muy vistoso y rico en su conjunto.
Calamar a la plancha de excelente calidad pero ... llegó completamente frío a la mesa, con lo cual, lo pierde todo. Este calamar se tiró algunos minutos en un mostrador esperando a que alguien lo trajera a la mesa. Por otra parte, íbamos a solicitar que le dieran un calentoncillo, pero ... no tuvimos ocasión, pues los camareros tardan minutos y minutos en aparecer por las mesas, así que nos lo comimos frío. Venía con alioli (¡riquísimo!), una patatita asada muy buena y una guarnición, en fuente aparte, de patatas fritas y verduras, que no era de adorno. Nos la comimos entera.
Rape en salsa de puerros exquisito. Lástima que nos tocó la parte final del rape, con una proporción de hueso excesiva.
El pan que pedimos de segundas, nunca llegó.
De postre un tiramisú que, estando bueno, pues ... que no era un tiramisú. Más parecía unas natillas con bizcocho, polvo de cacao, etc.
El café hecho con "cariño" y pudimos alargar la sobremesa, con un buen licor de hierbas, sin sentirte acosado para dejar libre la mesa.
Resumiendo: un lugar recomendable, se está a gusto, tranquilo, muy buen ambiente, muy bien quién se encargue del aprovisionamiento, un notable para los camareros, un sobresaliente para la cocina y una peor nota para el que decide cuántos camareros contratatar.
La relación calidad/precio, dado los tiempos que corren, está bien.
Es posible que si aumentanse el número de camareros, los precios subirían algo ... pero tal vez sea necesario.
Eso sí, volveremos.
Restaurante recomendable.
Una terraza muy bonita con vistas al mar y la comida muy buena. Los camareros son muy atentos
José María Valle Marcos
+5
Situación envidiable junto al mar, disfrutando de vistas espectaculares y de la brisa marina. La relación calidad precio es muy buena, la atención y el servicio también son buenos, detalles como un aperitivo que acompañe a la bebida mientras esperas los platos, ofrecerte un licor al finalizar (sin ser cliente habitual), o una vela en la mesa, a tener en cuenta, dando un aire de restaurante con cierta elegancia frente a los locales más tipo chiringuito.
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