Tuve una experiencia excepcional en este restaurante rodeado de mucha vegetación, lo que lo hace muy tranquilo y relajante. La atención que recibí fue de primera clase, lo que hizo que mi experiencia fuera aún más agradable. Además, debo destacar que el solomillo montañés fue exquisito, el mejor que he probado. Sin duda, recomendaría este restaurante al 100%. Si buscas un lugar tranquilo, con excelente atención, buenos precios y deliciosa comida, este es el lugar para ti.
Reservamos una mesa y en mi opinión nos dieron la mejor, el sitio es bastante rústico, pero es agradable, los camareros serviciales y muy educados. Pedimos un plato para compartir, y dos principales, la morcilla una ración justa para abrir boca. Donde quedé sorprendida fue en el punto del solomillo Montañés, hacía mucho que no probaba uno tan tierno, en su punto justo y el aderezo de hierbas una delicia. El estofado estaba muy tierno y sabroso. Por poner un fallo, estaría bien una sombrita para la moto. Sin duda repetiremos.
Todo un descubrimiento en esta época de masificación. El sitio es tranquilo, en plena naturaleza, perfecto para disfrutar de una buena comida sin ruidos innecesarios ni gente por todas partes. La comida buenísima, con una presentación muy cuidada y un personal muy atento. Si vas con niños hay un césped enorme donde pueden jugar y correr a la vista de sus padres.
Volveremos pronto
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