El espacio es pequeño con pocas mesas lo que hace que no se encuentre masificado de gente. Llama la atención sus bóvedas antiguas y todo el lugar con cuadros del renacentismo, los creps y las torradas son la especialidad de la casa. Están muy buenas. Se echa de menos un camarero más ya que estuvimos esperando bastante rato por el servicio.
Hemos ido a cenar hoy , y nos han dicho que estaba todo reservado pero nos han hecho un hueco ,el sitio es encantador la cena muy buena y el propietario muy amable ,volveremos
Carta a base de torradas y creppes, sencillo pero muy bueno. La torrada de jamon muy buena y el resto que hemos probado también. A destacar el trato familiar que recibes cada vez que vamos. Hemos repetido y seguiremos repitiendo.
Las torradas estaban muy buenas, sobre todo las de jamón. El lugar es muy acogedor y el servicio muy atento. Repetiremos seguro.
Lugar muy agradable,cómodo,se cena muy bien y un trato inmejorable.
Nos comimos unas torradas deliciosas y generosas.
Hay varios tipos de fondue y el camarero nos aconsejó la de pesto. Acertó plenamente.
En el ambiente se respira serenidad, con una luz tenue que lo hace más romántico. Aunque, por espacio, quizás las mesas queden algo juntas, pero el espacio es el que es.
Los postres caseros están para chuparse los dedos.
Un lugar lleno de magia gracias a la temática renacentista. Decorado con cuadros increíbles y una música agradable para cenar a gusto. Las porciones son muy generosas, la torrada de jamón ibérico es increíble. Una constructiva, que podrían poner algún que otro cóctel en carta, por lo demás, el servicio muy atento y agradable, sin dudas nos hemos quedado con ganas de más, volveremos pronto.
Buen descubrimiento! Buen producto, servicio super amable por parte del propietario que nos busco enseguida una mesa ya que ibamos sin reserva. Torrades de calidad super buenas y abundantes. El espacio muy peculiar, bonito y sobre todo original. Volveremos prontito!
Hacía tiempo que no me sorprendían, nada más abrir la puerta ya te quedas absorto viendo todos los cuadros, piensas que te has equivocado y estás en una galería de arte. Pero su obra maestra aún está por descubrir: sus manolites. Son unos creps rellenos a escoger entre varias opciones, todas ellas con nombres de cuadros y artistas, que culminan con un huevo frito encima. Que cosa más exquisita y encima no te llena de lo suave que es. También tiene una variedad de torradas que la prox. vez probaré. Sin duda acabo de descobrir que soy un admirador del buen arte.
Espectacular como siempre! Torradas buenísimas y contundentes
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