Es un sitio encantador. Con una magia especial. Donde puedes comer de manera espectacular con una calidad excelente. Sus croquetas de jamón ibérico son las mejores que he probado hasta ahora, una intensidad única, una textura increíble. Las de langostino están también inigualables.
La pizza Funghi espectacular la Ibérica nada que decir. Es un manjar. La pizza de trufa con champiñones. La Cantábrica es una delicia. Con auténticas anchoas de Santoña... La Inferno estaba tambien rica pero no me gustó tanto. Lleva guacamole pollo maiz tabasco y cebolla roja .. Una combinación refrescante un pelín picante (no mucho) pero que no a todos puede convencer . Todo aqui es exclusividad. Y delicatessen. Los mejores paladares no tendrán queja comiendo aqui. Si puedes no desperdicies la oportunidad de pedir un Ribera del Duero de la casa. Razón precio y calidad bastante adecuada. El personal y los dueños son muy atentos con sus clientes. Lo recomiendo 100%
Un servicio excepcional, la comida de 10. Como entrante muy rico el provolone y la ventresca, las pizzas muy ricas la rural, campestre y de trufa con champiñones. Cerramos con tiramisú, muy buena elección! Una carta variada. Los camareros majisimos. Así da gusto!
Cenar en su patio fue un privilegio. El ambiente de lo más acogedor y romántico. Pedimos un par de pizzas artesanas y pétalos de queso con mermelada de arándanos. Aún se me hace la boca agua. Volveré para tomar los postres porque estábamos llenos y no pudimos con más.
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