Comida tradicional de pueblo junto a algo de comida rápida también y cocina plancha. Raciones grandes a precios realmente reducidos. Y todo ello en el entorno más original que he visto nunca para un restaurante: una antigua iglesia. Fácilmente reconocible aún porque mantiene ornamentos, arcos, estructura y distribución. También dispone de terraza exterior con preciosas vistas al castillo de Luna. ¡Ojalá hubieran sitios como este en mi pueblo!
Curioso y precioso lugar para comer, todo muy limpio.Buena comida calidad precio. Servicio rápido y los camareros muy atentos y simpáticos. Lo recomiendo!!
Lugar con un encanto especial,no os perdáis el interior.
Ermita bar,restaurante...Buen trato,camareros súper amables y muy atentos en todo momento.
Podéis ir con vuestra mascota,les encantan los perros.
Atienden rápido y la comida calidad precio de 10.
Las cañas bien tiradas y fresquitas.
MUY RECOMENDABLE si venís a Alburquerque
Precioso lugar para comer. Muy diferente y original. Una antigua ermita convertida en bar - restaurante. Mejorable en decoración, pero imagino que un pequeño pueblo ( aunque muy bonito) no se puede más, pues, fuera de los días festivos, el público será el justito. Personal muy amable. Comida aceptable. También es cierto que fuimos durante el Festival Medieval, por lo que estaban desbordados todos los locales, y no es justo calificarlo por unos días al año, en los que el público es muy superior al habitual. Recomendable para disfrutar de un ambiente diferente. Buena Calidad-Precio.
Restaurante muy agradable en Albuquerque. Una antigua iglesia adaptada a bar - restaurante. Comida muy buena y un servicio muy acolhedor. Recomiendo
Me ha encantado. Raciones para compartir de muy buen tamaño. Muy agradable todo.
Fuimos a pasar el día a Alburquerque y decidimos parar allí y acertamos, pues la comida estaba riquísima, nos atendieron rápido y todo dentro de una ermita reformada.
El personal muy atento!
Lo recomiendo
Parece caro porque tiene una decoración muy cuidada, pero está muy bien de precio y las raciones son abundantes. Muy buen servicio.
Grandes profesionales, comida estupenda, trato inmejorable
María Justa García Cantador
+5
Estuvimos en la terraza que estaba bastante concurrida, pero conseguimos mesa rápido. Cuando pedimos la bebida nos trajeron agua fresquita para la perra. Un detalle de los que llenan.
La carta no es muy extensa, lo que fabulista la elección.
Comimos ensalada de gambas con alioli de aguacate y cachopo extremeño ( en vez de jamón con chorizo).
Tooodo muy muy bueno y el servicio estupendo.
Idea fantástica la de construir el restaurante en una antigua Ermita, el sitio es muy bonito, la comida es barata, aunque las croquetas por ejemplo no son caseras. Buena situación.
Fuimos recomedados por webs y la verdad que nos encantó.
El lugar, una antigua ermita rehabilitada, es precioso.
Los platos son raciones de precio muy asequible y buena calidad del producto. El jamón de los huevos estallados estupendo, recomiendo este plato, asi como el surtido de croquetas donde las de boletus estaban especialmente ricas.
Alexander Gallardo Herrero (Apolo)
+4
Cafetería dentro de una ermita siglo XVII muy bien decorada. Servicio rápido en las bebidas. De comidas no puedo opinar ya que no pedí.
Estuvimos tomando un café y tónica. El lugar es muy bonito porque está en una ermita restaurada. Nos gustó mucho. Como el tiempo era lluvioso nos sirvió de relajamiento. Punto de encuentro de Alburquerque. Un lugar inolvidable en un pueblo muy bonito, judería incluida.
Gran servicio por parte de la camarera y eso que tenía mucha gente, gracias
Fui con mi novio a comer un sábado por la tarde. Teníamos ganas de chocos y unas cervezas. Considero que tuvimos mucha suerte porque al llegar, justo se desocupaba una mesa en la terraza a pleno sol, exactamente lo que queríamos porque aún estábamos en invierno, pero es importante mencionar que todo estaba lleno en la terraza. Pedimos nuestros chocos y una ensalada de rulo de cabra empanada (el queso no la cabra jajaja) que estaba deliciosa, con un toque dulce y suave. Los chocos cocinados perfectamente, crocantes y con el aceite idóneo. Únicamente había una camarera atendiendo TODA la terraza, pero aún así de muy buen humor y muy atenta. Desde luego que había que esperar nuestro turno para pedirle cosas. Por ese lado, me parece que sí hacía falta un camarero más por lo menos, para terminar de brindar el servicio que le hiciera justicia a la comida tan buena que probamos.
Carlos su propietario un ejemplo de profesionalidad y de agrado.
Llegue tarde y me atendieron sin ningún tipo de problema. El sitio es una antigua ermita y es un espectáculo visitarla. De lo mejorcito de Albuquerque.
Poca variedad pero todo muy bueno, las croquetas d jamón muy ricas
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